El packaging es uno de los puntos clave en la estrategia de venta que hay que considerar antes de comercializar un producto. Por un lado, permite introducirlo en los puntos de venta. Y por el otro, es un factor diferencial con respecto a la competencia. Ahora los nuevos tiempos piden cambios acompañados de más concienciación social. ¡Te contamos su posible futuro!

El packaging es uno de los elementos que define a una marca, porque se trata de la forma en cómo el consumidor conceptualiza el producto físicamente. Por lo tanto, tiene un gran valor a la hora de realizar la construcción de marca y definir su identidad. Sin embargo, no se trata de un elemento estático, sino que debe adaptarse permanentemente a las nuevas tendencias y corrientes de su época para estar en el centro de atención del consumo. Para responder a todos estos cambios, debe tener en cuenta los intereses y preocupaciones de los consumidores para adaptarlos a su diseño.
Actualmente nos encontramos en un período transicional en que el consumidor está más concienciado sobre la necesidad de conservación del medio ambiente. De este modo, las grandes empresas introducen cambios en la cadena de producción para determinar los materiales del producto, cómo se comercializa y su impacto posterior para la sociedad. Su objetivo es reducir al máximo los efectos nocivos para generar mayor confianza en el cliente y no reducir las ventas o sufrir una crisis reputacional. Hoy en día, el mayor exponente de este hecho es el plástico.
Con este aumento de la sensibilidad respecto al medio ambiente ya han empezado a tomarse medidas legales. El año pasado se empezó a cobrar por el uso de bolsas de plástico y próximamente se prohibirán los artículos de plástico de un solo uso. Como respuesta a esta nueva realidad, se empieza a extender la idea de packaging personalizado para los consumidores, también conocido como smart packaging. Algunas previsiones apuntan a que mejoraría la seguridad de los alimentos o aumentaría el tiempo de almacenaje del producto, por ejemplo. Añadiendo, además, que estaría diseñado desde un punto de vista eco-friendly, es decir, más respetuoso con el medio ambiente.
El gran crecimiento del sector retail de precios bajos y el ecommerce están impulsando cada vez con más fuerza un packaging más funcional y que simplifique los pasos en el proceso de comercialización. Esta nueva tendencia va ganando puntos por sus posibilidades de estandarización y simplificación para el consumidor a la hora de realizar el proceso de venta. Se resume pues, en un nuevo modo que pone las cosas más fáciles a la marca, el vendedor y el cliente. Un gran ejemplo sería el packaging ready-to-eat, los productos listos para consumir en el momento.
El packaging es fundamentalmente un elemento de marketing y como tal, debe adaptarse a las necesidades del consumidor y del punto de venta donde se comercialice. Por lo tanto, cada vez cobrará más sentido como solución y como elemento de reconocimiento de marca.