Cloud Computing ha sido uno de los términos que han irrumpido con fuerza dentro de la escena tecnológica en los dos últimos años y como muchas otras tecnologías su aparición, aunque es un término que lleva ya años, ha planteado nuevas dudas, posibilidades y comentarios. En este post trataremos de dar una luz acerca de el uso que podemos hacer de este nuevo paradigma.
¿Qué es el Cloud Computing?
La mejor forma de describir “la nube” es utilizando servicios que diariamente utilizamos como usuarios y que llevamos haciéndolo desde hace años como por ejemplo GMail Docs o Dropbox y no es más que la posibilidad de consumir servicios a través de Internet, servicios como la edición y creación de documentos como es el caso de Google Docs o servicios de compartición de archivos como es Dropbox.
Hasta ahora muchos de estos servicios que una empresa podía ofrecer, no únicamente a sus empleados sin a también a sus clientes, proveedores o cualquier tipo de colaboradores, se realizaba desde las propias infraestructuras de la empresa. De hecho, han aparecido diferentes aspectos del Cloud Computing como son “la nube pública” y “la nube privada”. Ambos aspectos hacen referencia a una misma idea aunque su alcance es algo diferente. En el primer caso, la nube pública es aquélla cuyos servicios residen en un proveedor de Internet, por una tercera parte, y los usuarios finales no conocen que otros clientes o usuarios residen en dicha infraestructura. Lanube privada, por el contrario, está manejada por un único cliente propietario de la infraestructura y él decide qué y quién utiliza los servicios que proporciona. Google Docs o Dropbox son dos claros ejemplos de nube pública y el servicio de correo de cualquier compañía que gestiona su propia infraestructura ofreciendo diversos servicios, por el contrario, son ejemplos de nube privada.
¿Hacía dónde me dirijo?
Esta es quizás una de las preguntas, no sólo de las PYMES sino de grandes compañías, que en un momento u otro se ha planteado, o lo harán a corto plazo, con la aparición principalmente de dos plataformas como son Amazon AWS y Microsoft Windows Azure. Pese a que ambas ofertas difieren en la forma en la que se ofrecen, la primera proporciona lo que se conoce como Infraestructura como Servicio (IaaS) y la segunda es una Plataforma como Servicio (PaaS), otras compañías como Google oSalesforce.com han presentado su candidatura a la ya amplía oferta de servicios hospedados en la nube.
Productos, ofertas y multinacionales a parte, la mejor forma de responder a la pregunta que encabeza este apartado es tratar de entender los pros y los contras tanto de la nube privada como de la nube pública. En realidad ningún estudio ni compañía puede asegurar que en corto o medio plazo el futuro está en la nube pública y todas apuntan a que el uso de las compañías en este ámbito pasa por la conocida nube híbrida, es decir, una mezcla de servicios ofrecidos a través de la nube pública con otros servicios ofrecidos a través de la nube privada.
Y es que ha estas altura si podemos afirmar que, en mucho casos, proporcionar una solución de correo electrónico a través de un oferta pública tiene muchas más ventajas que proporcionarlos en bajo una oferta privada, pues todas las gestiones de mantenimiento, licenciamiento y configuración de servidores se traducen a unos cuantos euros mensuales y su ROI (Retorno de Inversión) está más que probado. Otros servicios en los que se manejas los mismos argumentos utilizan la misma ecuación, desde hospedaje de sitios Web Corporativos hasta portales corporativos. Dentro de la oferta pública se incluyen servicios de disponibilidad de más del 99% del tiempo (esto es de los 365 días del año te aseguran una disponibilidad superior al 99% bajo contrato, lo conocido como SLA) y altos niveles de seguridad.
Sin embargo hay otro tipos de servicios que las compañías aún son reticentes a exponer en la nube pública pese a su alto nivel de seguridad y propiedad como son las bases de datos de clientes, facturación u otros sistemas de gestión como los CRM o ERP, y es que probablemente estas soluciones, pese a la ya alta oferta que existe en el mercado, aún les queden una relativamente larga temporada residiendo en la nube privada, es decir la gestionada por el propio CPD de la compañía.
Conclusión
No existe una fórmula mágica o guía imprescindible en cuanto a el qué y el dónde debemos hospedar los servicios que ofrecemos como compañía, más allá de los titulares “marketinianos” que ofrecen los proveedores de la nube. Lo primero es entender que provechos podemos sacar de estos servicios y sobre todo a qué precio. Lo segundo es aceptar que todos estos servicios que tenemos en nuestra infraestructura tienen un coste, que suele –no siempre- ser superior al proporcionado por proveedores terceros y en los que debemos incluir el coste de la propiedad de los equipos, licencias y coste de mantenimiento por parte de nuestro departamento TI. Sin embargo, y debido a la naturaleza de determinados servicios quizás nos interese más mantenerlos en nuestras propias instalaciones por motivos ajenos al aspecto económico, como son las bases de datos de clientes en el caso que nuestro proveedor, por ejemplo, no pueda asegurarnos el cumplimiento de las normativas de la LOPD.