Sea por el buen rollo que se respira, por la calidad de las fotos publicadas o por ambas cosas, Instagram es una plataforma con unos niveles de interacción muy altos, superiores al resto de redes sociales, como Facebook o Twitter.
Darle al corazoncito de los likes en Instagram se ha convertido en una de las interacciones favoritas de los internautas – es una acción rápida pero a la vez «cariñosa» -, a juzgar por el mayor porcentaje de likes que consigue una imagen colgada en Instagram. Aun así, existen maneras de aumentar la popularidad de nuestras fotos, como por ejemplo utilizar el filtro adecuado en el momento adecuado.
Según un estudio realizado en la universidad de Georgia tras analizar casi 8 millones de fotos subidas a Instagram, los usuarios se entregan más a aquellas imágenes que usan filtros que suben los colores cálidos y elevan la exposición y el contraste. Una conclusión que conecta con la teoría psicológica de los colores, que afirma que la calidez de los colores produce sentimientos de bienestar.
De este modo, los filtros con más capacidad de atracción son Mayfair, Valencia o Rise, entre otros. Lo sentimos por los partidarios del #nofilter pero en Instagram se sigue llevando la realidad vista a través de un velo embellecedor.