Estamos acostumbrados, fundamentalmente en épocas post-navideñas, a acudir a los diferentes comercios a devolver o a cambiar aquellos regalos que o bien, no nos han gustado mucho, o directamente no nos valen.
En el e-commerce pasa algo similar, si bien no solamente pasadas las Navidades, sino durante todo el año. Recibimos artículos en nuestros hogares que no se adecúan exactamente a nuestra necesidad, -tallas que dependiendo de la marca se pueden ajustar correctamente, modelos que no encajan dentro de nuestros gustos al probárnoslos, colores que en la realidad son diferentes a lo que aparecía en pantalla-.
Por lo que parece necesario que los operadores logísticos demos una respuesta urgente a las necesidades de los clientes, organizando los procesos adecuados para llevar a los clientes el artículo correcto y recoger el artículo que o no nos gusta al cliente o no le queda bien.
El proceso de transporte a priori puede parecer sencillo, pero se entremezclan una serie de factores que es preciso tener en cuenta para que el proceso sea satisfactorio para el cliente -stock disponible en Plataforma logística, tiempo de entrega y recogida, concertación horaria, sistemas de trazabilidad e información, abonos y rembolsos a clientes…-
Pero cuando la mercancía es devuelta al centro logístico, – ¿A qué retos nos enfrentamos?
Nos encontramos ante mercancía que viene sin la bolsa original y por tanto, pueden haber perdido la etiqueta identificativa, o ante ropa que presumiblemente ha sido usada (manchas que no responden a un tránsito logístico) o ante la recepción de cualquier otra cosa que no se parece en absoluto a lo que realmente se está devolviendo….
En nuestra mano está buscar las soluciones y establecer los procesos para conseguir identificar, separar la mercancía en estado apto de no apto, rembolsar si es preciso, y poder introducir a stock los artículos en buen estado, evitando la posible pérdida económica que su no realización, tendría para nuestros clientes.