Una milla equivale a 1,609 Km pero la Última Milla en logística es otra cosa. El término «Última Milla» tiene su origen en la tecnología de las comunicaciones y hace referencia al tramo final de una red, ese último recorrido que la conecta con el cliente.
La Última Milla tiene una connotación metafórica. Que en realidad sea más de una milla poco importa. Lo relevante es su significado: es el nexo entre la infraestructura y el usuario, el enlace entre toda una red y quien se beneficia de ella.
En la Última Milla se produce algo extraordinario, se desvirtualiza la relación existente entre las dos partes implicadas en el servicio y todo se vuelve 100% tangible y real. Sin embargo, por excelente que sea la infraestructura, si la Última Milla no cumple a la perfección, el servicio no se materializa. Su peso es determinante y su impacto, clave.
Este modelo se ha visto traducido al ámbito de la logística. Imaginemos una empresa de Transporte Urgente como MRW, ¿cuál es el último eslabón? ¿quién asume el papel de Última Milla? En MRW este eslabón final es seguramente un activo de los más valiosos de la compañía: nuestro mensajero.
Nuestro mensajero es el embajador de nuestra marca. Encarna nuestros valores: eficiencia, respeto, imagen de marca. Y compromiso. Es precisamente el compromiso la garantía de cumplir con nuestros objetivos y los que nos marcan nuestros clientes: entregar el paquete en toda circunstancia respetando esos valores que nos diferencian.
Además, el desarrollo imparable del E-Commerce nos presenta otro reto que día a día asumimos: transmitir la mejor imagen de las tiendas online que confían en nosotros. El negocio tradicional cuida ese contacto pero el electrónico nos delega esa responsabilidad. Y nos gusta. La experiencia nos dice que el valor que damos a la Última Milla es 100% beneficiosa para los clientes MRW E-Commerce.
Foto | MRW Blog