Nos encontramos a las puertas de 2020 y son fechas de analizar todo lo ocurrido durante el presente año y de debatir sobre cómo evolucionarán determinados campos de cara al año que viene.

En un ecosistema de innovación, automatización y donde el ecommerce ya está más que consolidado y registrando cifras de récord, analizamos cuáles serán las tendencias del sector logístico para 2020.

Más tecnología y profesionales mejor formados

Como ocurre en todos los ámbitos, en la logística las aplicaciones derivadas de Inteligencia artificial, big data, blockchain y demás tecnologías, seguirán siendo tendencia durante el 2020. En el caso del sector logístico, estas aplicaciones irán encaminadas a una mejora en la trazabilidad, la predicción y la automatización de los procesos.

De la mano de la instauración de sistemas que adapten estos avances tecnológicos, surgirá la necesidad de incorporar a los equipos profesionales con talento y formados específicamente en el uso de dichos sistemas tecnológicos y que sepan exprimir al máximo todas sus funcionalidades.

Mayor exactitud de la trazabilidad

Aunque las tecnologías que permiten consultar trazabilidad de envíos y procesos llevan bastantes años utilizándose, todo apunta a que esta funcionalidad evolucionará con la instauración de las tecnologías mencionadas anteriormente hasta poder llegar a consultar información detallada en tiempo real del estado de los transportes, rutas y flujos de trabajo desde la salida de la mercancía hasta su llegada en el destino final.

Además, podría monitorizarse información que no proviene directamente de la cadena de suministro, pero sí que afecta considerablemente en ella como, por ejemplo, inclemencias meteorológicas o incidencias de tráfico que entorpeciesen el transporte. Anticiparse a estas incidencias, supondría una optimización de las rutas, ya que las empresas podrían adelantarse a estos inconvenientes y pensar en alternativas con mayor eficiencia.

Sostenibilidad

La emergencia climática es una realidad y este hecho propiciará que no solo las empresas logísticas sino las compañías de todos los sectores apliquen medidas de sostenibilidad que permitan disminuir su impacto ambiental.

Concretamente, en el sector logístico los principales retos pasan por el packaging y el conjunto de embalajes, donde todo apunta a que se apostará por la introducción cada vez de más materiales reciclados y de la disminución del uso del plástico.

La flota de transporte es otro de los puntos clave. Para 2020 se espera que se introduzcan mayor cantidad de vehículos que funcionan con energías renovables como electricidad, gas o hidrógeno en busca de mayor eficiencia energética. El reto es que en próximos años se consiga instaurar una electro-movilidad de cero emisiones que aporte un impacto positivo en la calidad de vida de próximas las generaciones

Ligado a las emisiones de transporte, una mayor capilaridad de las compañías es un factor clave para reducir el impacto ambiental de los procesos de última milla. Una capilaridad alta supone que las empresas están más cerca del cliente final, por lo que las distancias recorridas en los trayectos serán menores y por lo tanto las emisiones también. Además, si los trayectos en los envíos son cortos, se pueden realizar con triciclos eléctricos o con mensajeros a pie, medios de cero emisiones que supondrían una reducción de emisiones todavía mayor.

Clientes más exigentes

El sector logístico en general y el de la mensajería en particular, cada vez tendrán que lidiar con clientes que, independientemente si son finales (B2C) o intermediarios (B2B), exigirán unos tiempos de entrega cada vez más rápidos y con mayor flexibilidad en la entrega, llegando a entregas que se efectúen pocas horas después de la contratación, pero sin dejar de lado la fiabilidad y la calidad del servicio.